El viaje de Ulises a la búsqueda del hogar y el amor, que Penélope conserva tejiendo y destejiendo los días, es una búsqueda y comprensión de aquello que hemos sido. La vida debe ser una continua búsqueda del significado del viaje hacia Itaca, tocando distintos puertos, conociendo como premio a la paciencia, el amor de la joven Nausícaa y partiendo otra vez, hasta llegar al puerto que el destino designa como fin de la peregrinación, para obtener la sabiduría.
Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.
A Lestrigones, Cíclopes
y furioso Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en alto mantengas tu pensamiento,
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes a puertos nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para aprender de sus sabios.
Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar a ella es tu destino.
No apresures el viaje,
mejor que dure muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.
A Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras, Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes qué significan las Itacas.
Recordando el regreso de Ulises a Itaca ,segun relata Homero.
La poesia de Kavafis y la musica de Lluis Llach
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