domingo, 24 de marzo de 2019

Pinzellades LV (Conversando con Mario Benedetti )

Naciste en Septiembre cuando empieza el Otoño,
cuando duerme la tierra
te fuiste en Primavera cuando todo despierta
y renace la vida.
Te llamaron Mario, Orlando, Hardy, Hamlet, Brenno Benedetti
y eras una persona especial, comprometida, un poeta del alma.
Pere, se me ocurre que vas a llegar distinto
no exactamente más lindo
ni más fuerte
ni más docil
ni más cauto
tan solo que vas a llegar distinto
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
¡Claro que me sorprendo Mario!
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo lindo
o lo feo
lo viejo
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea
entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.
Mira Pere
cuando abro el diario y leo
mi propia necrológica
me apena que no sepan
que estoy en condiciones
de mostrar dondequiera
y a quien sea
un vigente prolijo y minucioso
certificado de existencia,
existo
luego pienso.

Mario, yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presuroso en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
Si pero...
No vayas a creer lo que te cuentan del mundo
en realidad el mundo es incontable
en todo caso es provincia de ti
no vayas a creer lo que te cuentan del mundo
aun los que te aman mienten sobre
probablemente sin saber que mienten.


Tú me dijiste un día:
"La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podrá ser fea
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza".
Y yo pensé de inmediato
¿Y si dios fuera mujer?
Vaya vaya si dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce
su pubis no de piedra
sus pechos no de mármol
sus labios no de yeso.

A pesar de todo Mario, yo creo que
una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagon o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.
Debo confesarte Pere que a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si se
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.

Ay! si pudiera elegir mi paisaje
elegiría, robaría esta calle Arquímedes,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles.
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres
sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro
y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirandoté.

Hasta siempre Mario...