Yo era intemporal y puro, sentía en mi lo que sentías tu.
Nací del Señor cuando la luz salió de Orión, a veces soy como tu alma y vengo a ti cuando me llamas.
Llegué al mundo de la tierra Muerta a lomos de mi caballo Aranaz, tenia las alas de viento adornadas con estrellas, con plumas del firmamento.
Vivías en un mar de piedra, allí donde los hombres aguardaban su fin dentro de mil años, el aire no tenia agua y las arenas quemaban.
Tu eras como la luz, brillabas y bebías lágrimas, con la sal de tu boca colmó la sed mi caballo y al besar tu frente te llenaste de vida.
Te llame Nausicaa, a quien más amo, la que enloqueció a Odiseo, reposo de mi camino.
No podre llevarte a Orion porque el tiempo se acaba, el Señor me envía a ti y siempre estaré a tu lado, hasta que todo termine.
Pero si Aranaz quisiera volaría su galope al otro lado del Mundo, lejos de Orion y la tierra, mis labios besarían tus ojos y podrías ver mi cara. Te reconocerías en mí porque yo soy como tú : puro, bello y generoso.
Y si me acompañas te mostraré el Universo, viajaré contigo para siempre más allá de las galaxias, donde no termina nada, sin que pase el tiempo...como Peter Pan.
Contemplaba el beso de Klimt pensando en la incertitud del alma. Escuchaba cantar al viento y llorar a las bestias, la música de Santana, cuando de pronto me vi tan pequeño, tan solo y confuso bajo las estrellas que me asusté y sentí miedo...