jueves, 17 de diciembre de 2009

Cuento de Navidad en la Alhambra

Este año en Diciembre, el mes de las emociones, la luna llena se asomará dos veces para poder ver mejor todo lo que aquí acontece.Siempre me acordaré de lo que ocurrió en Granada en Diciembre de 1380.
Por aquel entonces reinaba Ibn Nasr llamado Mohamed V en el palacio de la Alhambra.
Dominaba toda Andalucia , la cultura, riqueza y poder de los Nazaríes habían alcanzado su máximo esplendor en Occidente.

Una noche la Reina Aixa una de las esposas del Sultán, contemplaba el valle del río Darro desde el mirador de la Torre, la ciudad dormía y brillaban fogatas en el Albaicin señalando las callejuelas heladas.Solo se oia correr el agua del patio de los Arrayanes, cuando de pronto el llanto de un niño quebró el silencio de la Alhambra.
Asomada al pie de la torre de Comares, en la oscuridad del valle, Aixa escuchaba un lloro pero no podía ver nada. Mandó bajar de inmediato a uno de sus Visires con seis guardas palatinos para averiguar que pasaba. La torre de la Justicia abrió sus puertas y el ruido de cascos de siete caballos atronó como repique de castañuelas la cuesta del Rey.
A orillas del río, bajo la Alcazaba antigua, en una cueva donde guardaban ganado, oyeron de nuevo el llanto.
La luna llena apareció brillante detrás de Sierra Nevada y resbaló en la nieve de las cumbres iluminando el pesebre. Allí encontraron a una gitanilla cordobesa que acababa de dar a luz, venía huyendo de su casa para no casarse con un hombre viejo, le acompañaba su enamorado un morito de Jaén que se llamaba Yusúf. Los dos estaban asustados, tiritando de frío.
El bondadoso Visir les dio comida y abrigo y los llevó a presencia de la Reina. Esta los puso a su servicio y bajo su protección vivieron felizmente en palacio cuidando de sus jardines.

Veinte años más tarde aquel niño llorón al que llamaban Ibn Al-Nadal se convirtió en un poeta-soldado a las ordenes del nuevo Sultán Mohamed VII. Dicen que partió a luchar contra las tropas de Enrique de Castilla y cuando abandonaba Granada contemplando la Alhambra desde la cuesta de Alhacaba iba rezando:

"Señor guardame en la batalla
aunque nunca tuve miedo,
pero cuida de mis ojos,
porque no hay en la vida nada
como la pena de ser ciego
en la Alhambra de Granada."


Cuando en Navidad vuelvas
para cenar en casa
después de tomar el postre
y de brindar con cava
te contaré como siempre
las cosas que me contaba
mi abuela de sus abuelos...

8 comentarios:

Ramón María dijo...

WOW, muy bello el relato y del poema ¿Que decir? es magnífico.


Te sigo

Striper dijo...

Un post didactito, tambien me ha recordado mi viisita a Granada y un buen toque musical.

Carme Rosanas dijo...

Pere, un conte molt nadalenc i molt tendre :)

Francisco Javier dijo...

Me ha gustado mucho este relato, no lo conocia. Un placer amigo, que pases lindo finde semana, y la cancion tambien es bella. Feliz navidad.

Joana dijo...

Bon Nadal, Pere.
Un conte molt maco.
La caputxeta.

El Rincón de Nuke dijo...

Pere, vengo a dejarte un abrazo y a ponerme al día con tus letras...

Me encanto este relato, y te contaré además, que recuerdo a mi madre recitar esa parte final cuando yo era pequeña...

Quiero dejarte un enlace que creo te gustará, de algo que escribi para esta preciosa ciudad hace mucho tiempo.


http://elrincondenuke.blogspot.com/2008/10/tengo-en-la-cabeza-el-murmullo-de-la_24.html



Que la felicidad eche raices en la puerta de tu casa y lo inunde todo.....

Mis mejores deseos en estas fechas para ti y para los tuyos.

Besos mil.

Joana dijo...

Bona Nadal Pere!
Un bon relat :)gràcies!

Nits dijo...

He fet un petit viatge mental a Alhambra i m'he contagiat d'un aire fred de la neu de l'hivern, d'història i del amor d'un fill a la seva terra natal. Que maco aquest conte!
Diuen que és tant bella la ciutat de Granada... un lloc més que em queda per visitar.

Salutacions!!!!