miércoles, 28 de octubre de 2009

Octubre


Hoy han cambiado la hora y parece que regalan tiempo.
Una nube blanca, como un rollo de algodón, desciende empujada por la Tramontana hacia los pueblos de la Albera, cerca del mar. Las viñas que los rodean tienen un color amarillo rojizo y todo huele a vino.
Subiendo hacia poniente, bajo los castaños, hayas y pinares nos sorprende un estallido de colores, rumorea el agua, huele a musgo y a hojas muertas . Al bajar entre alcornocales resbalas por los senderos cubiertos de bellotas.
Ha llovido poco y no hay setas, como aperitivo podríamos freír unas alcachofas, cortadas muy finas con unas gotas de aceite y preparar una ensalada otoñal con higos, granadas, hoja de roble y rúcula para acompañar un conejo a la cazuela.

Hace años, en Octubre, viajamos a París por primera vez . Recuerdo el cálido encanto de los cafés de Saint-Germain, los largos paseos al atardecer por los bulevares, a orillas del Sena. La paz y el silencio de los Jardines de Luxemburgo roto por el crujir de las hojas secas al pisarlas. La luz, los colores de la noche frente a la torre Eiffel, descendiendo por los Campos Elíseos o en Montmartre al pie del Sacré-Coeur.
Pero lo que más me impresionó aquellos días fue el asombro y felicidad de tu cara, que perdía el bronceado oscuro y sensual del verano y tus mejillas se llenaban de esas pecas que tanto me gustan...



Oh! Me gustaría tanto que te acordases
de los días felices, cuando eramos amantes.
El tiempo en que la vida era más bella
y el sol calentaba más que hoy.
Las hojas muertas se recogen a paladas,
los recuerdos y los sentimientos también,
ya ves que no he olvidado...

jueves, 22 de octubre de 2009

Un día me iré de aquí



Un día me iré de aquí ligero, sin darme la vuelta
porque si veo tus ojos
no podré marcharme.
Un día me iré de aquí rápido, sin escuchar nada
porque si oigo tu voz
me quedaré.
Un día me iré de aquí a escondidas, de noche
sin pensar en ti
para poder olvidarte.
Un día me iré de aquí asustado, en silencio
con un nudo en la garganta
para no verte llorar.
Pero...siempre veo tus ojos, oigo tu voz y pienso en ti
un día me iré de aquí
contigo....


¿Para que sirve llorar?

¡Anímate, nunca te rindas.

Nos las arreglaremos!.....Sonríe.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Conversando con Silvia Pérez Cruz

Silvia, quizás oíste cantar habaneras antes de nacer.
Tu música es mestiza, tu padre guitarrista gallego intérprete de habaneras, tu madre narradora de cuentos, artista y cantante en algún bar de Calella.
Esto explica tu arte: el flamenco, los tangos, el jazz, los fados, la búsqueda constante de algo nuevo, experimentar y nadie creería que eres una catalana de Palafrugell.
¡Pere, eres un exagerado!. En casa vivíamos un ambiente musical y artístico, pero estudié solfeo, piano, saxo clásico. Detrás de mis interpretaciones hay un trabajo de formación.
Mira Silvia: yo he escuchado mucha y buena música pero al oir tu voz quedé sorprendido y emocionado. Es tierna, fresca, alegre, con fuerza, pasión y ese tono descarado de terciopelo, fascinante.
Estoy cantando flamenco con Las Migas, jazz con temas de Bill Evans y he descubierto un nuevo instrumento para acompañar mi voz: el Hang.
Silvia eres una artista joven, precoz,cantas, tocas la guitarra, el saxo, el cajón flamenco. Pronto definiras tu camino, entonces sí serás grande, una estrella.

Sabes Pere:
Mis voces son aire vuelan, mis lunas son soles, mis ojos son aguafuentes, mis días son..
Ay!.. como me pesan las alas
Ay!..ganas de besarte aire
mis plumas están cansadas.
Silvia
, haz que mi corazón baile.¡Hablando contigo se ha vuelto loco!
Ay!..Loca, loca, loquita loca, así es mi boca aunque bese con sus frutas de palabra se equivoca..ay!..ay!..
Pere estar conversando con un hombre tan romántico como tu , me hace sentir más mujer y más artista.

jueves, 8 de octubre de 2009

Un Lobo Feroz

Erase una vez un lobo llamado Feroz que vivía en los bosques Pirenaicos cerca del macizo de Bassegoda, donde nace el río Muga.
Era un lobo solitario, todos sus congéneres se habían ido, lejos de allí , ó habían desaparecido.
Se desplazaba incansable, entre la espesa maleza, bajo pinos, alcornoques y encinas pisando una alfombra de bellotas que en esta época del año eran el manjar preferido de los jabalíes. Estos eran su única compañía pero le ignoraban por completo.
La vida en el bosque había cambiado mucho: los Leñadores que cazaron a su abuelo ya no se acercaban por allí, nadie talaba árboles porque la madera no tenia valor y aquellos hombres estarían cobrando el subsidio de paro.
La Abuelita que habitaba en la cabaña del bosque disfrutaba en Benidorm de un viaje del Imserso y el resto del año vivía en la ciudad para poder ir a bailar por las tardes al Casal del Jubilado. Caperucita la chica que mantuvo una tórrida relación sado-masoquista con su abuelo estudiaba en la Universidad queria ser funcionaria de carrera y preferia el botellón de los jueves a visitar a su abuelita.
La única muchacha que había conocido paseaba por un cruce de caminos cerca de la carretera de asfalto, al preguntarle adonde iba ella le dijo que eran veinte euros y algo de un francés..Feroz no entendió nada.
El lobo cada día estaba más triste, el bosque era muy espeso, los matorrales impedían el paso y le producían heridas en la piel. La comida escaseaba porque los conejos enfermaban, las liebres ya no existían y las codornices que soltaban cada viernes los cazadores, no sabían volar.
Podía bajar al pueblo, fingir ser un can desvalido y esperar a que alguien lo adoptase pero perdería su libertad. Lo único comestible a su alcance era un orondo guarda forestal que se pasaba el día escuchando la radio ó durmiendo dentro de su todo terreno color verde grana.
Feroz decidió marcharse, tenía seis años y quizás le quedaban otros tantos de vida.
Corrió sin parar hacia el Noroeste, cruzó el cauce del río Garona en su parte mas estrecha y tres días y tres noches más tarde llegó agotado a los bosques de las Landas.
Allí todo era como antes , tal como contaba su abuelo. Bajo frondosos pinos marítimos pastaban venados, saltaban los conejos y las liebres y algún zorro ó comadreja se asomaba a su madriguera. En las umbrías choperas volaban faisanes y gansos y corría la perdiz. En una charca escondida los jabalíes se bañaban en barro.
Se oían las voces de los leñadores cortando los árboles mas grandes, limpiaban los caminos y replantaban pinos y chopos. Algún disparo de escopeta lejano le recordó que allí había vida pero debía estar atento, luchar para sobrevivir.
Al anochecer escuchó aullidos cercanos y familiares, saludando su llegada, sintió que al fin era un lobo feliz.


La infelicidad
me hizo feroz
pero me devoraste.

jueves, 1 de octubre de 2009

Me estoy enamorando de ti.


Quizás tenias veinte años, la piel de melocotón.
No me miraste a los ojos ni te fijaste en mi cara,
y ya estaba... enamorándome de ti.
Al cabo de los años, la piel suave.
Nos cruzamos en la calle, tus hijos de la mano,
me saludaste sonriendo, la emoción de tu voz,
y ya sentí que estaba... enamorándome de ti.
Has cambiado poco a poco, la piel sensual.
La expresión de tu mirada y esa manera de andar.
Te ríes de como te miro,
supongo que te das cuenta de que ahora si,
me estoy... enamorando de ti.
Solo me queda parar el tiempo, la piel dulce.
Para que no me olvides,
cuando te vayas lo dejaré pasar ¡rápido! y me iré contigo,
porque ya sabes que estoy... enamorado de ti.

( A esta copla hay que ponerle música).


¡Esta entrada me ha salido fatal! No se que tendrán que ver : dos tomando copas yo escribiendo coplas y Freddy Mercury cantando Rock and Roll. Serán cosas del otoño....
La foto es de KXXX Factory.